terapia conductual de tercera generación

Inscripción y metodología

El médico de cabecera u otro especialista puede recomendarte que es beneficioso para ti seguir una terapia, pero la decisión final debe ser tuya.

Trabajo solo con cita previa. Durante el primer contacto, hablaremos sobre el problema y tus expectativas. Desde el principio, trabajamos en construir una buena relación terapéutica, lo cual es importante ya que, como en cualquier relación, la terapéutica también puede atravesar momentos difíciles. Finalmente, el cliente siempre recibe un poco de tarea para casa, lo que permite que el proceso de toma de conciencia y sanación continúe durante toda la semana.

Al comienzo de la terapia, se identifica dónde reside el problema y qué está sucediendo realmente, aunque durante toda la terapia aparecerán nuevos elementos que enriquecerán y complementarán el proceso. Toda la información se examina dentro de un modelo holístico, donde todo está interrelacionado, tanto los problemas como los factores que los causan y los mantienen.

Luego, elegimos una situación problemática como punto de partida para comenzar a trabajar, ya que intentar resolver todo al mismo tiempo es una tarea imposible. Poco a poco, se va desentrañando el «nudo» en el que sientes que te encuentras atrapado. Durante las sesiones se habla y se practica, y lo aprendido se aplica posteriormente en casa.

Al principio, las sesiones serán más frecuentes, por ejemplo, semanalmente. Sin embargo, a medida que el cliente se siente más seguro y mejor, el contacto con el terapeuta será menos frecuente. Muchos problemas pueden resolverse bastante bien con un promedio de 10 a 12 sesiones, pero algunas personas necesitan más tiempo. Otros problemas son demasiado complejos para ser tratados en un corto período de tiempo. El número de sesiones y la frecuencia se determinan de manera individual.